Por Rosana Garcia
Torrelles
El ser humano es en esencia un
ser de luz experimentando una vida humana en la tierra, planeta conocido como
escuela de enseñanza y aprendizaje.
Por ende, le suceden hechos y
circunstancias a lo largo de su instrucción.
La digna capacidad de enfrentarse
y recuperarse de las adversidades y circunstancias traumáticas se llama resiliencia.
Esta puede ser una resiliencia
comunitaria o una resiliencia individual, dependiendo de si las circunstancias
son de orden colectivo como las catástrofes masivas, que generan “comunidades
resilientes”, u atañen a una vida íntima y personal exclusivamente, pero
siempre el centro el núcleo experimental es el mismo, el YO.
Allí radica la diferencia entre los
sujetos en no-resilientes y pro-resilientes, dejando una brecha entre medio
para los sujetos con una graduación de resilientes intermedios.
Se dice que la resiliencia es
proporcional al aumento de la actividad cognitiva, la capacidad intelectual y
la capacidad emocional. Aunque es evidente que un mayor nivel intelectual no es
sinónimo de mayor resiliencia.
Las personas resilientes poseen las siguientes 30 características:
·
Adaptación
·
Autoconfianza
·
Autocontrol
·
Autoestima
·
Autovaloración
·
Capacidad de gratitud
·
Capacidad de perdón
·
Capacidad de transmutación
·
Concentración
·
Creatividad
·
Disciplina
·
Empatía
·
Esperanza
·
Flexibilidad
·
Fluidez comunicacional
·
Fortaleza
·
Independencia
·
Influenciabilidad
·
Interés en el futuro
·
Mentalidad abierta
·
Optimismo
·
Receptividad
·
Reconocimiento de limitaciones
·
Reconocimiento de potencialidades
·
Responsabilidad
·
Sentido del humor
·
Solidaridad
·
Superación
·
Tolerancia
·
Voluntad
Las flores de Bach y la resiliencia
Varias son los factores causales de
los desequilibrios emocionales que pueden poner en marcha el proceso dinámico
de la resiliencia en un individuo. Crisis, traumas, accidentes, shock, etc.
También son varios los ámbitos
donde se genera resiliencia frente a situaciones extremas: familiares,
educativos, laborales, sociales, etc.
Una integración funcional de
recursos pueden hacer que las emociones subyacentes a la resiliencia se lleven
a su natural equilibrio.
La visión holística de la Terapia
vibracional hace que la curación a través del sistema de flores de Bach sea un
complemento que acompañe al individuo en sus diversas etapas y circunstancias.
La vida es un constante devenir
en cambio que no se puede evitar. Este cambio está ligado al principio
hermético de vibración que indica
que: “nada está inmóvil, todo se mueve, todo cambia, todo vibra.
Pero adaptarse a esos cambios y
etapas nuevas, presupone todo un desafío en sí mismo.
Walnut, es la flor perteneciente al sistema Bach que se encarga por
excelencia de traer equilibrio frente al cambio proveniente de lo externo o lo
interno.
Aunque es de destacar que, cada
persona es un mundo con posibilidades, por ende, un Terapeuta calificado, deberá
relevar siempre cada situación individual para armar una formulación
personalizada.
Namasté,
mi alma saluda a tu alma.
Para cualquier consulta individual o realizar un Taller, comunícate al
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Rosana
Garcia Torrelles.
Analista de Sistemas
Maestra de Reiki Usui
Deeksha Giver Oneness
Practitioner de Flores de Bach
Facilitadora en Registros Akáshikos
Especialista en Astromedicina,
Numerología y Tarot
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