martes, 28 de septiembre de 2010

Kybalión

El Kybalión es un documento que contiene un conjunto de enseñanzas conocidos como los siete principios del hermetismo.
Los siete principios, o axiomas, como están descritos en el Kybalión son:

1.         Mentalismo. El Todo es mente; el universo es mental.
    
  
MENTE

Este principio explica que Mente es el principio común del universo, energía única que es la fuerza esencial de la composición química de los elementos.
La energía mente se manifiesta en una escala infinita de vibraciones, de lo más denso a lo más sutil, conformando así los diversos materiales y elementos del universo.
Desde el punto de vista del que piensa, lo pensado es fantasía, ilusión, pero cada cosa tiene entidad real dentro de su escala vibratoria (por ej., si existieran los fantasmas serían reales para otros fantasmas).
La materia nace del pensamiento. El hombre también crea a través de su mente. La energía del pensamiento humano es capaz de crear la materia cuando alcanza la suficiente densidad vibratoria.

2.         Correspondencia. Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba. Afirma que este principio se manifiesta en los tres Grandes Planos: El Físico, El Mental y El Espiritual.
  
CORRESPONDENCIA

Este principio se refiere a la similitud o sintonía entre los diversos planos vibratorios del universo. Las mismas leyes de lo denso actúan en lo sutil, y viceversa. El principio de Correspondencia actúa haciendo que lo similar se agrupe con lo similar por una sintonización de la frecuencia vibratoria y explica la constante relación entre los acontecimientos internos y externos. Hay una influencia recíproca entre el ser humano y la naturaleza, y entre nuestro mundo interno y nuestra realidad material. De esta manera, operando en nuestra realidad externa influenciaremos nuestro mundo interno y viceversa.

3.         Vibración. Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra.

VIBRACIÓN

Este principio explica las diferencias entre las manifestaciones de la materia, la mente y el Espíritu. La materia y la energía no son más que el resultado de estados vibratorios diferentes. El espíritu es un extremo polar vibratorio más elevado y la materia un extremo polar vibratorio más denso. Entre ambos extremos, nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestros deseos, impulsos, son estados vibratorios de frecuencias intermedias. Nuestros pensamientos, emociones, deseos e impulsos son solamente estados vibratorios. Nuestro cuerpo físico es un conjunto de sistemas que vibran a una misma frecuencia, y la salud es solamente la armonía vibratoria de los sistemas biológicos. En el terreno de nuestra vida personal todo gira en torno a la vibración; si estamos alegres es por una vibración positiva; la tristeza es una vibración negativa. Nuestro pensamiento nos hará ser más o menos inteligentes de acuerdo a nuestra vibración mental. Cada persona tiene un largo de onda mental que le es propia, de acuerdo a la frecuencia vibratoria de su inteligencia; mientras más corta es la onda mental, más inteligente será el sujeto y viceversa. Los hábitos de conducta, los estados emocionales, los pensamientos habituales, las normas morales y espirituales del individuo determinan la bondad o inconveniencia de sus estados vibratorios, lo que a su vez influye de manera decisiva en su vida cotidiana. Las vibraciones positivas o negativas se van acumulando en el individuo y en cierto momento esta acumulación estalla por un detonante y se producen acontecimientos fastos o nefastos.

4.         Polaridad. Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.
   
   
POLARIDAD

Todo es dual en el Universo, todo tiene dos caras. La polaridad mantiene el ritmo de la vida. Conocemos la existencia de algo por el contraste de su opuesto.
Así encontramos: luz – oscuridad,    amor – odio, espíritu – materia, vida – muerte, bien – mal, vigilia – sueño, valor – miedo, alegría – tristeza.
Los opuestos se presentan siempre en el mismo elemento.
El principio de polaridad funciona a lo largo de una escala vibratoria de grados que va de lo positivo a lo negativo, siendo lo positivo de naturaleza superior a lo negativo: en cada cosa hay dos polos, en la temperatura está el frío y el calor, y aunque son opuestos son una misma cosa. El espíritu y la materia son la misma cosa pero se manifiestan vibratoriamente opuestos. Cualquier fenómeno tiene la posibilidad de su manifestación contraria, y es factible cambiar algo no deseable en su condición opuesta. Esta es la base de la transmutación mental, el arte de polarizar. Lo no deseable se neutraliza, cambiando su polaridad. Los extremos se tocan; los dos extremos de la polaridad se atraen mutuamente. Es por esta razón por lo que es más fácil transformar el odio en amor que desde la indiferencia. La distancia más corta en este caso no es la línea recta, sino el círculo. Este principio, a nivel práctico, permite apreciar los obstáculos de la vida en su justo valor, ya que posibilita que una situación conflictiva pueda ser cambiada gradualmente a través de una adecuada polarización en lo opuesto. El cambio de un grado a otro de la escala vibratoria se consigue mediante la voluntad y el autodominio.

5.         Ritmo. Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.
   
RITMO

El principio del Ritmo nos muestra que todo en el Universo se encuentra en constante transformación y movimiento, y dentro de él nada está inmóvil o estancado. Este principio es perfectamente observable: todo en el Universo nace para alcanzar una cumbre, decaer y destruirse, completando un ciclo vital y volviendo a comenzar. Esto ocurre en todos los planos: personas, pueblos, civilizaciones, planetas... El símbolo de este principio es el péndulo. El principio del ritmo, junto con el de polaridad, mantiene el proceso de la vida. La vida se mueve rítmicamente entre dos polos, ( vida - muerte ) y el secreto está en mantener la tensión y el equilibrio entre ellos. La polaridad y ritmo comandan al organismo en sus más delicados procesos. La enfermedad es el quebrantamiento del ritmo o la perturbación de la polaridad de los sistemas que componen el cuerpo. Este flujo y reflujo se manifiesta no solo en nuestro cuerpo, sino también en nuestras emociones, instintos, pensamientos, e incluso en las diferentes situaciones vitales que vivimos. La persona crea sus propios estados rítmicos de acuerdo a la naturaleza de las acciones que, al repetirse, terminan tomando un ritmo, positivo o negativo. Son muchos los ejemplos, en el transcurso de la vida cotidiana, que son fruto de ritmos creados por actos, tanto inconscientes como deliberados. A través de la transmutación mental es posible elevarse por sobre la oscilación rítmica y polarizarse en el polo deseado pero esto sólo es posible a través de la elevación del nivel de conciencia y el ejercicio de la voluntad. En el caso de estar inmerso en un ritmo negativo, la tendencia natural es que ese ritmo se mantenga, y solo podrá cambiarse con una toma de conciencia y ejerciendo la voluntad para crear deliberadamente un ritmo diferente y opuesto al anterior.

6.         Causa y efecto. Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte o azar no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la Ley.
  

CAUSA Y EFECTO

Todo en el universo tiene una causa específica; no hay causa sin efecto, ni efecto que no tenga una causa, y la magnitud de un efecto es equivalente a la importancia de la causa que lo generó. Este principio actúa sobre todos los planos de energía: materia, mente y Espíritu. No existe la casualidad, la suerte o el azar; empleamos estos términos solo para referirnos a causas desconocidas. El hombre, en general, sólo conoce los efectos. El hermetista pretende acceder al conocimiento de las causas. A través de este principio podemos comprender la relación que existe entre los sucesos que le ocurren a un individuo y sus acciones del pasado, ya sean de esta vida o de una anterior. En este sentido, la palabra "karma", se refiere a aquella causa cuyo efecto aún no se ha manifestado, ya sea este positivo o negativo. Este principio brinda una explicación racional a las aparentes injusticias del mundo, cuando observamos efectos cuyas causas no alcanzamos a entender. Al comprender este principio entenderemos que todo lo que sucede en nuestras vidas, favorable o desfavorable, tiene que ver con causas que nosotros mismos hemos puesto en movimiento en algún momento, de forma consciente o inconsciente, y que no tiene sentido culpar a Dios, a los demás o a la suerte, pues somos nosotros mismos quienes labramos nuestra propia vida. No importa que no recordemos el instante, o se nos haya olvidado lo qué hicimos en muchos momentos de nuestra existencia; el principio de causa y efecto siempre se encuentra actuando y se nos presenta de manera inevitable. De forma correspondiente, la comprensión en profundidad de este principio, nos permite encontrar la solución a muchos de los problemas en la vida, al asumir la importancia de generar causas favorables de forma consciente para hacernos acreedores de sus efectos favorables.


7.         Generación. La generación existe por doquier; todo tiene su principio masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos. En el plano físico es la sexualidad.



GENERACIÓN

Género es el impulso de la vida, que no se puede originar ni mantener sin la presencia del polo positivo y negativo. El Universo, en constante cambio, fluctúa entre ciclos de transformación y creación. A nivel físico, por ejemplo, la fuerza de atracción hace girar los electrones (negativo), alrededor del protón (positivo). En los animales y en los seres humanos este ritual de la vida se repite: los espermatozoides son atraídos por el óvulo y cuando uno de ellos logra penetrarlo, sucede la concepción. Los problemas de la vida, por ejemplo, constituyen el polo negativo, fuerza que al ser fecundada por una energía positiva y generadora, permite lograr lo que se desea. El progreso espiritual también puede verse desde esta perspectiva: así se crea la conciencia, a partir del choque entre la inercia y el poder de la voluntad, dirigida por una mente despierta. Esta ley, nos muestra cómo los principios masculino y femenino están siempre en acción en la Naturaleza. En cada uno de los planos, la energía femenina busca su unión con lo masculino, absorbe de éste lo activo y produce una fuerza nueva. Lo masculino es lo generador y lo femenino lo concebidor. La Generación se manifiesta en todos los planos. Esto quiere decir que tanto a nivel físico, como mental, emocional y espiritual este principio actúa, generando de forma constante elementos nuevos en nuestra vida.