domingo, 17 de mayo de 2015

Kintsugi y resiliencia.

Por Rosana Garcia Torrelles


Kintsugi, es el arte de reparar. Deviene de un vocablo en japonés que remite al arte tradicional de restaurar cerámica mediante un barniz o adhesivo potente, rellenando sus grietas con laca de oro o plata, o más frecuentemente rociándola con polvo de oro. Es en síntesis, el oficio de la carpintería artesanal de reparar cicatrices con oro.
Considerando que; en este trabajo de reparado del objeto, el alma sigue siendo la misma, enaltecerlo lo vuelve más importante, bello y meritorio, por que cuenta una historia donde alguna vez fue dañado, y el hecho de haberse roto no es una carga, muy por el contrario, lo torna más noble.
La finalidad es. hacer renacer la cerámica en su espíritu y belleza, dándole un nuevo aliento.
Es un ejercicio filosófico donde no se intenta esconder las imperfecciones ni defectos de un objeto, muy por el contrario, se le pone énfasis en resaltar esas profundas grietas que han quedado, y se las expone a modo de veneración en homenaje a su memoria.
Llevemos esta imagen al terreno de lo humano, al mundo del contacto con los seres que amamos y que, a veces, lastimamos o nos lastiman.
La importancia del perdón
Entre los vínculos interpersonales, a menudo ocurren grietas, agravios, ofensas, etc. que necesitan subsanarse y resarcirse, la sabiduría para superarlos reside en el perdón.
Perdón en ejercicio es perdonar al otro, perdonarse a sí mismo, por cocrear una situación donde el otro es actor necesario para el propio aprendizaje.
Por lo tanto, practicar el arte del Kintsugi, tiene la importancia de remendar las grietas del corazón lastimado, cociéndolo firmemente con amor e hilos de oro para que en su curación se pongan más fuertes que antes.
La victimización, el reproche y la culpa, no caben dentro de esta enmienda.
Justipreciar la imperfección de las relaciones es la virtud de reconocer la diversidad de criterios y considerar que en su fragilidad el ser humano es errante por naturaleza, por lo tanto, aplicar comprensión personal dentro del crecimiento colectivo, es reconocer las propias grietas,  valorarlas,  aprenderlas para no repetirlas.
Esta digna capacidad de enfrentarse y recuperarse de las adversidades y circunstancias traumáticas se llama resiliencia.

Namasté, mi alma saluda a tu alma.
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Rosana Garcia Torrelles.
Analista de Sistemas
Maestra de Reiki Usui
Deeksha Giver Oneness
Practitioner de Flores de Bach
Facilitadora en Registros Akáshikos
Especialista en Astromedicina, Numerología y Tarot.


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