Por
Rosana Garcia Torrelles
Actualmente, la
globalización tecnológica hizo posible que se conozcan diferentes filosofías
provenientes de las culturas más antiguas del planeta.
Es así que nos llega información
de innumerables técnicas de autoconocimiento para la elevación espiritual.
De esta forma ha llegado a
occidente, el conocimiento del hinduismo y de sus entrañas sale el vasto saber
a acerca del manejo energético de los chakras
(palabra sánscrita que quiere decir “rueda”).
Estas ruedas de energía
pertenecientes al cuerpo sutil del ser humano, es decir al cuerpo más cercano y
que interpenetra al cuerpo físico, son verdaderas usinas de fuerzas, que; para
los hindúes son una cantidad de siete los chakras mayores.
Por estos siete portales con
forma de conos huracanados, son los espacios por los cuales se alternan impulsos
entre en interior y el exterior del ser.
A través de esta expansión e
intercambio cultural hace echar de ver que dentro de la técnica japonesa de
Reiki, se registran solo tres centros energéticos importantes en el cuerpo
sutil, es decir que no se considera el sistema completo de siete chakras hindúes (aunque es sabido que existe indudablemente).
Por lo tanto, solo en tres items
del pensamiento japonés, coinciden con sus análogos hindúes.
Ahora bien, en estos
espacios interdimensionales de los dos cuerpos inferiores del ser humano, la
energía tiene movimiento, se expande, contrae, disgrega, merma, se almacena, se
contamina, etc. Es decir, la energía de estos puntos es extremadamente
susceptible a los cambios internos y externos.
Consecuentemente cualquier
situación anómala, se puede transmutar con la correcta aplicación de un
ejercicio de la técnica de Reiki.
Pero para eso hay que
conocer que es un hara.
Los
tres haras.
En japonés hara significa
vientre y alude al lugar central donde yace la fuerza física y espiritual del
cuerpo físico de las personas, y es el supraespacio donde se encuentra el
tesoro que vibra en la energía vital de cada ser.
Normalmente se lo relaciona
con un solo punto: el del vientre u ombligo, pero existen otros dos puntos muy
importantes que conforman el recorrido de la expansión interna de la energía ki. Esta línea que se forma a lo largo del
tronco del cuerpo físico, conecta a la madre tierra con el padre cielo.
Sintéticamente puede hacerse
una correlación entre los chakras y
los haras, a saber:
1. El segundo
centro energético, conocido en el hinduismo como chakra plexo-sacro o svadhishthana
(que significa: “la base de uno mismo”), en Japón se es el hara inferior y se ubica por delante: un par de dedos por debajo
del ombligo, y por detrás: entre la segunda y la tercera vértebra lumbar.
Se conoce esta zona dentro de todas las artes
marciales como el karate, el taichichuan, también en el yoga y el zazen como el
tan tien, que quiere decir “mar de la energía”.
Este
es el punto de transformación y acumulación de energía más relevante de las disciplinas
de la tradición oriental.
Es
el lugar donde se genera, ingresa,
transforma y almacena la energía ki original o energía prenatal, y por donde se
escapa la energía ki de la vida al final de los días de una persona.
El hara
está compuesto por llamado kikai tandem u océano de energía y el koshi o centro de gravedad, y por la energía o ki.
Por eso es que los japoneses llaman a menudo ki kai tandem al hara.
Su color de onda es el
naranja.
Está relacionado con el
pasado. Su armonía conecta con el instinto de supervivencia y el propio reconocimiento
y la autovaloración. Simboliza las raíces, y el origen y el final de la vida.
Reconecta con la fuente de energía original en todos los estadios de los ciclos
menores y mayores.
2. El
cuarto centro energético del hinduismo o
chakra cardíaco, es en sanscrito el anahata
(su traducción seria “el intacto”), y en Japón es el hara medio o central, se ubica en el corazón.
Su color vibra en verde.
Está relacionado con el
presente. El amor incondicional, amabilidad amorosa.
Es el espacio del aquí y
ahora que es el único tiempo que existe.
3. El sexto
centro energético del hinduismo o chakra
del tercer ojo, es el ajna (significa
en sanscrito “centro de mando”), y para la tradición japonesa se es el hara superior que se encuentra en la
frente.
Se irradia en color violeta.
Está relacionado con el
futuro. El porvenir.
Su equilibrio conecta con la
visión interna, la intuición, las capacidades psíquicas, la concentración, la
profundización de las dimensiones espirituales, etc.
Profundizar en el manejo
energético entre los tres haras
promueve las maneras de estabilizar los cuerpos energéticos, que se esté libre
de padecimientos en el cuerpo físico, y alcanzar altos grados de conciencia que
acercan a la iluminación o estado de satori.
Namasté, mi alma saluda a tu
alma.
Para cualquier consulta o
realizar un Taller de aprendizaje, comunícate al Tel: (02317) 521572 Cel:
(02317)15 510708. Ciudad de 9 de Julio. Buenos Aires.
Rosana
Garcia Torrelles
Analista
de Sistemas
Maestra
de Reiki Usui
Deeksha
Giver Oneness
Practitioner
de Flores de Bach
Facilitadora
en Registros Akáshikos
Especialista
en Astromedicina, Numerología y Tarot.
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