sábado, 24 de enero de 2015

El amor platónico

Por Rosana Garcia Torrelles


El amor de Platón
Para Platón (Atenas 427-347 a. C.), el gran filósofo griego fundador de la Academia griega, quien fue discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles, el amor ideal es una fuerza que motiva conocer apasionadamente la “forma de la belleza”, y a contemplarla en su total pureza de manera inocente y con esa movilizante exaltación, amar las “formas” o ideas eternas, inteligibles y totalmente perfectas.
En situaciones normales la apreciación de la esencia trascendente de la belleza, se da mediante un transcurso progresivo, que se inicia con la simple observación y valoración superficial de lo bello y aparente, luego se observa la belleza física de manera más global, después se distingue la profunda belleza espiritual, luego, la belleza que hay de en el orden de las leyes, la belleza en las artes, la ciencia, etc.


El amor platónico no es un amor inalcanzable, irreal y no correspondido. Ese es un concepto alejado de lo que el filósofo versa en su obra “El banquete o El simposio”. Este diálogo realizado por Platón en el año 380 a. C., conjuntamente con el “Fedro”, componen la idea substancial de amor platónico.


El amor platónico es ideal desde su concepción, ya que a partir de ese pensamiento se articula toda la filosofía para Platón que transcurre en el mundo de las ideas, presentadas en sus obras más lúcidas como "La República", "Fedón" y "Fedro".
Según la Teoría de las ideas de Platón, estas diferencian dos modalidades de realidad:

  • La primera es la realidad inteligible, a la que denomina "idea", tiene las características de ser inmaterial, eterna, indestructible, inmóvil, increada, por lo tanto, impropia al cambio, y organiza en ella, el modelo arquetípico de la otra realidad.

  • La segunda es la realidad sensible o visible, constituida por lo que vulgarmente llamamos "cosas", y que tiene las características de ser material, corruptible, y propensa al cambio, quiere decir: inestable por su generación y destrucción.
Lo importante de observar del modelo Platónico es que la realidad sensible es una copia fiel de la realidad inteligible.


De allí la confusión de que el amor de Platón esta idealizado, y habita en la perfección del mundo mental donde residen todas las ideas, en la total abstracción del mundo de las cosas, y se considera que es un sentimiento irrealizable en la realidad material e inafectable hacia la persona amada, y por ello se deduce la no correspondencia.


Consideración que con el correr de los tiempos, se va desviando cada vez más de la mirada de amor bello y verdadero que tenía Platón por Sofía.


Namasté, mi alma saluda a tu alma.
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Rosana Garcia Torrelles.
Analista de Sistemas
Maestra de Reiki Usui
Deeksha Giver Oneness
Practitioner de Flores de Bach
Facilitadora en Registros Akáshikos
Especialista en Astromedicina, Numerología y Tarot.


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