Por Rosana Garcia Torrelles
Estos días entro en una nueva
erupción el volcán Villarrica, conocido también como el volcán Rucapillán que en lengua araucana
mapudungun expresada dentro de la cosmovisión andina, significa “ruca” casa y “pillán”
espíritu (casa del espíritu). Este es un volcán ubicado en los Andes
meridionales de Chile, en el límite de la Provincia de Cautín en la Región de
la Araucanía.
Marcando un claro ejemplo de la
idiosincrasia de la gente de la tierra de Arauco.
Cargado de mitos y leyendas que
se arrastran en la tradición oral de este pueblo, el Rucapillán es un volcán eruptivamente muy activo y venerado por la
cultura mapuche por considerarlo benefactor y portador de buenos sueños y
augurios, representa los colores violeta y verde, la Luna, y las estrellas del
cielo, en contraposición al volcán “venas
de sangre” Llaima, que es respetado y
temido, por ser el volcán maligno, generador de tormentos, pesadillas y malos
presagios.
Simbólicamente está asociado con el
norte o “pikun mapu”, el lugar de mala suerte, el color rojo, el sol, los “cherufe”,
y con el oscuro inframundo o “minche mapu”.
La nación mapuche, cree que las
entrañas de esta gran montaña es el habitad de un “ngen winkul” o espíritu tutelar
de los volcanes, cerros y montañas, y que está secundado por muchos “pillanes”
o “negen” menores, todos perteneciendo a una poderosísima corte imperial de criaturas
míticas.
Si bien el dueño del volcán es un
“ngen winkul”, los “cherufe” son seres que habitan en el magma profundo de la
tierra, se nutren del calor incandescente, y su misión es lanzar a modo de materia sólida, bólidos hacia
el cielo, haciendo caer malévolos aerolitos y rocas ígneas en forma de bolas
enormes de fuego, para eventualmente, incendiar bosques y esparcir destrucción
en su paso. Por lo tanto, para calmar su voraz necesidad, tradicionalmente, se
le debía entregar la carne fresca de una joven doncella.
Grandes erupciones y crisis activas del volcán Villarrica en el siglo
XX:
Aunque
son de distintas intensidades y motivadas por diferentes factores, siempre la
actividad del Villarrica mantuvo atentos a los mapuches y a todos los
habitantes patagónicos. Desde que se comenzó a estudiar la actividad del volcán
sus registros tuvieron interrupciones,
pero es evidente que en el último siglo esta montaña volcánica ha demostrado
estar avivada, dando muestra de ello a través de la gran sumatoria de eventos,
tales como los de: 1948, 1949, 1963, 1964, 1971, 1984, 2000, 2005, 2010 y 2015.
Es destacable mencionar las
cuatro las enormes erupciones conjuntas conocidas de los volcanes de la zona:
- 1640: Se produjo una erupción sincrónica entre el Villarrica, el Llaima, el Quetrupillán, el Lanín y el Mocho-Choshuenco.
- 1750: Se repite el mismo conjunto simultáneo de erupciones.
- 1765: Ídem.
- 1790: El Villarrica erupciona paralelamente con el Llaima, Puyehue y Osorno.
Namasté, mi alma saluda a tu alma.
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Rosana
Garcia Torrelles.
Analista de Sistemas
Maestra de Reiki Usui
Deeksha Giver Oneness
Practitioner de Flores de Bach
Facilitadora en Registros Akáshikos
Especialista en Astromedicina, Numerología
y Tarot.
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