sábado, 24 de enero de 2015

Registros Akáshikos. ¿A dónde están nuestros ancestros?

Por Rosana Garcia Torrelles

Todos los seres que corresponden a nuestro árbol genealógico, y han vivido antes que nosotros, aun los que están vivos, residen en cada una de nuestras células y están jugando un juego que nunca se abandona.

Seguramente, nuestra memoria actual nos lleve solo a reconocer (dentro de las generalidades) hasta  como máximo cuatro generaciones hacia arriba en las ramas de nuestro árbol personal.
Pero hay más y más ascendencia, millares de años de cruces de parejas que se encontraron por impulsos, han sembrado las semillas de nuestras familias actuales, a través de miles de kilómetros recorridos por la tierra del planeta.
Todos nuestros ancestros han dejado dentro de nosotros sus saberes y virtudes pero también sus frustraciones y deberes no cumplidos.
Es por ello que si una generación no pudo resolver un asunto, será la siguiente la que, inconscientemente, tratara de resolverlo.
Estableciéndose de esta manera un nexo de transmisión transgeneracional de los problemas familiares, que muy a menudo crean generación tras generación eslabones de una cadena destinos espinosos, injustos y hasta trágicos.
Así mismo, nosotros seguramente ya contamos con descendencia establecida, conocida o no, y allí también estamos nosotros.
Te has preguntado ¿de donde salen ciertas capacidades, miedos inexplicables, dolencias y hasta hábitos?
Conjuntamente con una misión propia y personal, todo ser, se concatena con la proyección infinita de sus ancestros, y viene a cumplir sus deseos y compensar sus errores ancestrales.
Esa proyección inercial de nuestros ancestros va generando ciertos padecimientos, trastornos, malestares, imposibilidades y problemas, devenidos del  mal intercambio de dar y el recibir dentro del sistema familiar, implantando y transmitiendo ciertas “deudas”.
A ese impulso invisible que parece torcer a su antojo nuestra propia rama del árbol se la conoce como  “lealtad familiar”, término acuñado por el psiquiatra húngaro Ivan Boszormeny Nagy quien, conjuntamente con Gerladine M. Spark, publicaron el libro Lealtades invisibles.
Entonces, se puede sugerir que todas las memorias hereditarias laten dentro de nuestro corazón, y todos y cada uno de nuestros ancestros tiene un lugar dentro de nuestro corazón, eso nos marca los rasgos más sutiles y se expresa con sensaciones bien íntimas e inexplicables.
Tomando conciencia de ello, nuestro rol frente a la memoria de nuestros ancestros es aplicar la compasión, el entendimiento, el perdón y la revalorización, dado que son nuestras raíces más profundas. Ellos nos guían con diligencia hacia la maestría personal en pos de sacar los mejores frutos del árbol.
En últimas, todos provenimos de la misma madre y el mismo padre, por lo que somos todos hermanos. Honrar nuestra familia humana debe ser el principio básico para empoderarnos como seres cósmicos.

Namasté, mi alma saluda a tu alma.
Para cualquier consulta, comunícate al Tel: (02317) 521572 Cel: (02317)15 510708. Ciudad de 9 de Julio. Buenos Aires.



Rosana Garcia Torrelles.
Analista de Sistemas
Maestra de Reiki Usui
Deeksha Giver Oneness
Practitioner de Flores de Bach
Facilitadora en Registros Akáshikos
Especialista en Astromedicina, Numerología y Tarot.



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